domingo, 6 de febrero de 2011

Boludo mejor amigo (Por Javier Martínez Conde)

Introducción a cargo de los editores:

Como habrá notado cualquier lector asiduo de ese blog (es decir, Noelia y yo), no publicamos nada desde Noviembre. Esto podría deberse a factores multiples, de peso, importantes e inexcusables. Pero al verdad es que... no tenemos ganas.

Pero la fortuna nos trajo en este áureo día la presencia venturosa de un querido amigo de la casa (Mierda. Tengo que dejar de leer a Shakespeare): el señor Javier Martínez Conde.

-¿Y qué Ezconde Martín?

¿Qué esconde? Un texto esselente. Van a ver. El doño si que sabe escribir.

Sin más preámbulos, los dejo con don Javier.

Y dice:

Boludo Mejor Amigo

La amistad... ay, la amistad. ¿Qué es? ¿Una luz brillando en la oscuridad? Sí, bueno, podríamos quedarnos con esa definición. No, mejor déjenme agregar algo: es aquello que se mantiene inmutable al lado de uno, cuando todo alrededor se transforma. Es algo de nuestras vidas que no cambia.

Porque sí, yo estoy hablando de las amistades hechas y derechas, las más fuertes, las que llevan años enteros construyéndose, las que ya pasaron malos momentos, pero al final se recompusieron. Porque los grandes amigos deben enojarse de vez en cuando, y hasta tienen el deber de decirte la verdad, de tirarte la posta, de batirte la justa en la cara... aunque duela.

El caso que vengo a presentar hoy es precisamente el de mi mejor amigo. Y ya sé que me van a decir: ¿porqué lo difamas si lo es? Puedo contestarles de la siguiente manera: él es la mejor persona del mundo, es imposible que te vaya a hacer una maldad y es el primero al que recurro para confiarle un secreto o para sostenerme cuando estoy emocionalmente caído. Es un amor de persona, pero una cosa no quita la otra. Cucho Parisi, de Los Auténticos Decadentes, dice en uno de sus temas: "hay que ser bueno, pero no hay que ser boludo". Bueno, el protagonista de hoy es ambas cosas. Y los grandes amigos baten la justa. A sus casi veinte años puede deleitarnos con muchas de sus historias y si me lo permiten, como lo conozco desde los tres, me gustaría narrarlas de forma cronológica para que vean que la boludez también evoluciona.

A los ocho.

Amigo en común de quien les habla y el protagonista: -Che... ¡Feliz cumple! Perdón, me olvidé de traerte el regalo. (Cuando de chicos acostumbrábamos a regalar mecánicamente a todos los cumpleañeros. Ahora son contados los que lo hacen y hasta llega a sorprendernos que lo hagan).

Boludo Mejor Amigo: -No importa que lo hayas traído hoy. Lo importante es que lo traigas.

A los doce.

Teníamos clases de teatro y a nuestro amigo le tocó improvisar un robo a mano armada:

Boludo Mejor Amigo: -¡Alto! Esto es un asalto, ¡quédense quietos o les robo!

A los quince.

En un asado en casa del mismo amigo olvidadizo que no le trajo el regalo, cuando el padre de este trajo la primera tanda de chorizos:

Boludo Mejor Amigo: -Es un asco esto. ¿Esto sólo hay?

A los dieciseis.

Muchos de sus amigos ya habían debutado mientras él apenas había aprendido a masturbarse y uno de ellos contaba su primera experiencia:

Boludo Mejor Amigo: -¿Tenías?

Amigo orgulloso de haber perdido la virginidad: -¿Qué cosa?

Boludo Mejor Amigo, todo pudoroso: -Ya sabés.

Amigo no virgen: -No, no sé boludo. ¿De qué hablas?

Boludo Mejor Amigo, irritado: Ay, ¿tenías? ¿tenías...? ¿Tenías... (y baja la voz) rofo?

A los diecisiete.

Primeras vacaciones con amigos. Teníamos un organigrama de tareas donde a veces un día te tocaba limpiar la casa, otro día sacar la basura, y así. Bueno, la noche anterior a nuestro amigo le tocaba lavar los platos.

Ese día nos levantamos y absolutamente todos los platos estaban limpios salvo en un mismo lugar.

Algunos de nosotros, buscando explicación: -Che... ¿que pasó acá?

Él: -Ay, es que... bueno... no me quería mojar la mano y es justo donde los estaba agarrando.

A los dieciocho.

Segundas vacaciones con amigos. Catorce personas, retengan ese detalle. Otra vez el organigrama: esta vuelta, ir a comprar el desayuno.

Boludo Mejor Amigo: -Miren lo que traje. Hoy vamos a desayunar como reyes.

Un riquísimo paquete de chocolinas de unas... ¿cuantas? Diez galletitas. Catorce personas, ok.

A los diecinueve.

Recién salida del horno. Terceras, y últimas por ahora, vacaciones con amigos. Previa antes de un boliche.

Él: -Que rico es este Chandon. ¿Qué marca es?

Y puedo asegurar que hay muchas más. Quizás haga una segunda parte, no lo sé. Pero tampoco quiero extenderme tanto.

Que tengan un muy buen 2011 y que en los momentos de felicidad brinden con un Chandon de marca desconocida por la amistad... y sobretodo por los boludos que enriquecen a este blog.


Javier Martínez Conde

1 comentario:

  1. Excelente post, y un boludo encantador.

    Incluso de dieron ganas de ponerme las pilas y escribir posteos más seguido...

    Nah, ya se me pasó

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