jueves, 18 de marzo de 2010

Boludo de levante

Todos somos seres humanos. Hasta los más boludos.

Perdón. Va de nuevo.

Todos somos seres humanos. Y de lo más boludos. Y como seres humanos que somos, tenemos necesidades básicas que cubrir. Un buen trabajo nos dará casa y comida (salvo en casos antes mencionados en este blog); pero la necesidad sexual podrá llegar a tornarse imposible de satisfascer cuando, además de no tener el dinero de Ricardo Fort, la fama de la Tota Santillán, o los atributos del negro que trabajaba en la publicidad de C&A (que por algo estaba siempre riéndose), no poseemos el tacto y la agudeza suficiente para la seducción.

Tal es caso de "Boludo X", quien intentara seducir a una compañera de su trabajo... regalándole ositos de peluche, bombones y cadenitas. Pasado un mes y medio de gastar un cuarto de sueldo en este método de cortejo -tan infalible como que vaya ahora mismo a tocarle una serenata Mariachi a la cantante de Arch Enemy- nuestro protagonista decide pedir ayuda.

-A ver Boludo X... decime una cosa... si vos tuvieses una gallina que pone huevos de oro... ¿le conseguirías un gallo, siendo que una vez preñada no pondría mas huevos?- Comenta un amigo suyo que gana su lugar en esta boludoteca, siendo que las gallinas no se embarazan.
-La tenés adentro- Contesta Boludo X, empecinado en que no le roben el puesto.
-Lo que te estoy diciendo, querido, es que la mina ya te debe haber tomado como su dealer de regalitos. Para ella sos como el mundo del juguete.

Boludo X parece entender. Planea junto con su amigo una nueva estrategia. La próxima vez que ella vuelva a apoyar su boca en su mejilla tan cerca de la suya... debería besarla. Vuelve a comunicarse con su consejero, al día siguiente:

-Che, me tenés que ayudar con algo.
-¿Que cosa?
-Una carta
-¿Una carta para quien...?
-Una carta para minaquesedebeestarcagandoderisa.
-...
-¿Qué?
-¿Te la querés levantar?
-Si, le quiero escribir una carta
-Entonces, por tu bien, no te voy a ayudar.

La actitud del amigo de Boludo X cambia a los pocos minutos, cuando nuestro protagonista vuelve a hablarle:

-Disculpame, ¿te parece que empiece la carta así?: "Querida mqsdecdr (no me pegues):"

"Amigo de Boludo X" comienza a golpearse la cabeza contra el escritorio, mientras grita "mátanos satanás". Tras recuperarse de dicho lapsus de demencia purificadora, decide ayudarlo, para evitar que su amigo termine usando uno de los monitores de su trabajo como casco de astronauta.

La historia avanza. El proceso de seducción no. El chico se cansa de hacer regalos, y opta por una estrategia un tanto más convencional: Maltratarla. Por supuesto: no resulta. Unos días más tarde de comenzado este nuevo método, Boludo X comenta que la personalidad de la chica se parece a la de una ex novia de su amigo. Al instante su amigo le dá el mejor consejo que podría haberle dado: "Corré. Ahora que no te dá bola huí." Boludo X acepta el consejo. Dice que lo llevará a la práctica...

A la semana se muere de felicidad por haber conocido a la madre de la chica y haberle caído bien.

Como de costumbre, le deseamos lo mejor...

viernes, 12 de marzo de 2010

Boludócrata

Si de boludez se trata, no podemos dejar de hablar de la burocracia en los organismos públicos. Si bien existen excepciones (honrosas y afortunadas excepciones), muchos de estos individuos suelen ser capaces de hacer que un trámite de cinco minutos dure dos horas. O dos meses. O dos años. En fin, esta es una pequeña historia sobre esta clase de gente.

Había sido una semana un tanto complicada para la familia Anónima, plagada de esas pequeñas desgracias cotidianas que a todos nos rompen la paciencia y un par de cosas más. Sin embargo, ninguno de ellos esperaba que el domingo a la noche, cuando las cosas parecían haberse calmado, iban a tener que confrontarse con el contratiempo más extraño que se les hubiera podido ocurrir.

Estaban cenando tranquilamente en el jardín trasero de la casa, como casi todas las noches de verano, cuando sintieron un ruido no demasiado fuerte que provenía desde un rincón cercano a la medianera. Sin preocuparse demasiado, supusieron que lo había provocado el gato al meterse entre las plantas. No fue hasta que terminaron de cenar que la hija menor notó que algo no estaba bien.

-Mamá, ¿vos estuviste cavando ahí por el rincón?
-No, ¿Por qué lo decís?
-Me parece que nos falta un cacho de jardín…

Mamá Anónima, sorprendida, se acercó al lugar ya mencionado, sin tener idea de a qué se refería su hija.

Imaginen su sorpresa al notar que había un pozo de metro y medio de diámetro que debido a la oscuridad no parecía tener fondo. Imaginen su desesperación. Pero sobre todo, imaginen su cara. Créanme, no van a poder imaginar una expresión más chistosa que esa.

Por supuesto, lo primero que hicieron fue llamar a la municipalidad. Je, ilusos.
Creo que la conversación fue más o menos así:
“-Municipalidad de Buenos Aires, buenas noches.
-SE ME HUNDE EL RANCHO.
(O algo por el estilo)
Y digo creo, porque la fuente de esta anécdota estaba demasiado ocupada mandando mensajes de texto al estilo “Boludo se me cayo un cacho de jardiiiiin” y pensando como iba a hacer para salvar a las mascotas “si se hundía la casa y había que salir carpiendo”. Es verdad, a veces puede ser un tanto paranóica, la chica.

Lo importante es que la conversación terminó más o menos así:
-Esté atento, en un rato se va a poner un arquitecto en contacto con usted.
Perfecto, el arquitecto iba a llamar, al día siguiente iba a ir con la cuadrilla y en cuestión de una semana como mucho el problema iba a estar solucionado.
Je, ilusos al cuadrado.

Media hora más tarde, el teléfono sonó.
-Hola
-Buenas noches, soy el arquitecto Inútilanónimo, de la municipalidad.
-Bueno, yo soy Fulano Anónimo, vivo en Avenida Sarasa 1234 y tuve un problema con mi jardín. Resulta que hace un rato sentimos un ruido y vimos que se había formado un pozo bastante hondo, no puedo ver bien en la oscuridad pero se nota que tiene más de dos metros. La verdad me preocupa mucho porque está cerca de una pared medianera y, como dije, es profundo…
-¿Usted cree que es peligroso?- dijo el Rey de la Lógica
–No sabría decirle, pero me parece que sí. Preferiría que lo viera alguien que entendiera más que yo del asunto…
-No se preocupe. Mañana a primera hora voy a ir yo o algun otro arquitecto para evaluar la situación

No creo que sea necesario decir que a la mañana no llegó nadie. Ni a la tarde tampoco.
Pero como los miembros de la familia Anónima además de ilusos son persistentes, Papá Anónimo volvió a llamar. Resultó que no solo el arquitecto no iba a venir, sino que ningún otro iba a hacerlo, porque el mismo no había dado cuenta del llamado. Igualmente, quedaron en mandar a alguien al otro día.
Que no vino. Y tampoco al día siguiente.

Los integrantes de la familia Anónimo podrán ser ilusos e insistentes, pero no les gusta demasiado hablar por teléfono, y menos con personas que a los cinco minutos se olvidan de lo que han hablado con uno. Y sobre todo, no son ningunos boludos, al menos en esta historia. Por eso no es de extrañar que terminaran haciendo el arreglo pertinente (Al parecer era un pozo séptico que al hacer la cloaca no fue bien tapado. Eso explica por qué los geranios venían tan lindos en ese rincón…) por cuenta propia.

Pero lo más divertido está por venir
El lunes siguiente, el timbre sonó por primera vez en varios días.
- ¿Quién es?
-El arquitecto Inútilanónimo, de la municipalidad
-Ya arreglamos el problema por nuestra cuenta- le contesto, desconcertado, Papá anónimo. “Lo rellenamos con unos hombres topo que encontramos por ahí”, debería haberle agregado, pero Papá Anónimo no revela sus secretos.
El Sr. Inútilanónimo se retiro tras escuchar estas palabras, con rumbo desconocido. Seguro iba a seguir boludeando por ahí, porque el sería un empleado público, pero lo suyo es un sacerdocio.
Dedicado a aquellos empleados públicos que sí hacen bien su trabajo, nos simplifican un poco la vida y sobre todo, nos ayudan a permanecer al nivel del suelo.

viernes, 5 de marzo de 2010

Boludos desempleados

Entrevistas laborales: esas ocasiones para las que nos vestimos como si fuésemos a una fiesta de quince y somos recibidos por un coreano que nos ofrece trabajar doce horas por día en un almacén, mientras esconde el látigo de cinco puntas detrás de su espalda.

Ahora situémonos en cierta entrevista laboral de un call center Español, en cierto edificio de cierta ciudad llamada Buenos Aires, a las ciertas once de la mañana:

Entrevistadora: -Bien, veamos... ¿Si, vos sos...?
Boludo 1: -Boludo 1.
Entrevistadora: -Boludo 1, muy bien... y decime... ¿Vos tenés algún tipo de experiencia en call center, o atendiendo el telefono...?
Boludo 1 (demostrando que es tan vivo como Odie, el perro de Garfield, con un ataque de catalepsia): -Bueno, atendiendo el teléfono si, jaja
Entrevistadora: -¿Ah, si? ¿Y qué hacías?
Boludo 1 (pasmado): No, nada... ya sé atender el teléfono... es fácil.

Nadie dice nada. A alguien que está almorzando cerca se le cae una empanada de pollo al piso a causa del shock. La entrevista continúa.

Entrevistadora: -Bueno, y vos sos... Boludo 2, ¿no?
Boludo 2: -Si, boludo 2.
Entrevistadora: ¿Boludo es el nombre?
Boludo 2: -Si, 2 es el apellido.
Entrevistadora: -Muy bien... Bueno, vos estás estudiando, ¿no...?
Boludo 2: -Si.
Entrevistadora: -Aham. Y decime... ¿hacés algo más, aparte de eso...?
Boludo 2: -Y... si, juego al fútbol... salgo con mis amigos...

Perfecto. La empresa está salvada. Necesitaban a alguien para el sector "tiros libres al box". Y no lo contrataron en seguida porque no puso en el currículum que salía con sus amigos... Dios, hay gente muy despistada en este mundo. Menos mal que lo dijo, sino se perdían a un empleado ejemplar en el sector "after office".

Pero veamos como sigue esto; porque al parecer, estamos presenciando una cruel competencia de boludez encarnizada.

Entrevistadora: -Bueno, a ver... Boludo 3... ¿3 con "z"?
Boludo 3: -No, no, con "s".
Entrevistadora: -Perfecto, ya lo corrijo... Bueno Boludo, decime... ¿tenés algún tipo de experiencia laboral...?
Boludo 3: -Si, pero...
Entrevistadora: -¿Pero...?
Boludo 3: -Bueno, mi trabajo anterior era indigno.
Entrevistadora: -¿Cómo indigno?
Boludo 3: Si, era indigno... prefiero no decir de qué trabajaba, mejor...
Persona que almuerza a un costado: (Se atraganta incluso antes de morder la empanada)

Y ahora es cuando podríamos decir "bueno, trabajo no falta. Lo que falta es gente menos boluda"... pero esa afirmación no resistiría el más mínimo análisis.

Así que gente, por favor, eviten ser lo menos boludos que puedan, ya que, al parecer, nadie está a salvo de eso.

Ni siquiera cuando deben parecer lo menos estúpidos posible.